La magnetoterapia es especialmente eficaz para combatir trastornos y patologías que afectan a la rodilla.

Se encuentra sin duda entre las mejores terapias que pueden realizarse, en función de la patología que se posea. Esto se debe también a que las sesiones de magnetoterapia no tienen efectos secundarios, son completamente indoloras y requieren poco tiempo a la semana. En concreto, la magnetoterapia es absolutamente recomendable y eficaz para determinadas patologías de rodilla, a saber:

  1. Artrosis de rodilla;
  2. Artrosis de rodilla;
  3. Condropatía rotuliana;
  4. Esguinces de rodilla;
  5. Lesiones de ligamentos;
  6. Lesiones de menisco;
  7. Tendinitis rotuliana;
  8. Dolor general del sistema óseo y de los huesos de la rodilla.

1. Artrosis de rodilla

Por lo tanto, la magnetoterapia se recomienda ante todo para laartrosis de rodillaSe trata de una patología degenerativa que afecta tanto al cartílago del fémur como al de la tibia. La magnetoterapia es muy útil tanto en la fase de prevención, ya que evita que el cartílago se consuma o al menos ralentiza definitivamente su avance, como en las fases posteriores, ya que alarga el tiempo degenerativo de la patología.

2. Condropatía rotuliana

Si no hay desgaste, pero sin embargo existe un factor de tensión sobre el cartílago, que se traduce en dolor, hablamos de condropatía rotuliana. En los casos más graves, incluso está prevista la cirugía, pero en realidad, la magnetoterapia es el mejor tratamiento para esta afección.

La condropatía rotuliana es muy frecuente en mujeres y deportistas, puede deberse a un traumatismo o al hecho de que la rodilla esté sometida constantemente a tensiones y esfuerzos. La magnetoterapia es capaz de fortalecer el cartílago de la rótula y devolverlo a su nivel normal.

3. Artrosis de rodilla

Si el desgaste del cartílago se encuentra en un estado muy avanzado, la patología que afecta al sujeto se denomina artrosis de rodilla. En estos casos, el líquido sinovial, es decir, el que permite que los huesos no entren en contacto, pierde todas sus cualidades, lo que acaba provocando un dolor realmente intenso y la imposibilidad de mover la pierna con libertad. Se trata de una afección bastante grave, que a menudo requiere incluso una intervención quirúrgica. La magnetoterapia resulta muy eficaz tanto si el sujeto opta por someterse a una operación como si decide evitar la solución quirúrgica. De hecho, en ambos casos, reduce el proceso de degeneración y también alivia el dolor percibido. Además, ayuda, tras la operación, a la recuperación, acelerando el tiempo de rehabilitación e incluso ofreciendo una acción preventiva en el desgaste del cartílago.

4. Esguince de rodilla

El traumatismo es la principal causa que puede provocar un esguince de rodilla. Puede variar en función de las estructuras internas de la rodilla a las que afecte, como el menisco, los ligamentos o el propio hueso.
Un esguince leve puede recuperarse con magnetoterapia, mientras que los esguinces más graves requieren otras intervenciones. Sin embargo, incluso en estos últimos casos, se recomienda confiar en esta terapia, ya que ayuda a la rodilla a recuperarse, tanto en términos de fuerza como de sincronización.

5. Lesiones de ligamentos

Los ligamentos también pueden restaurarse recurriendo a la magnetoterapia. De hecho, es muy eficaz porque favorece y acelera la formación de fibras, como las de los ligamentos. Sin embargo, es muy importante no abandonar la terapia tras unas pocas sesiones, ya que de lo contrario los progresos realizados hasta ese momento pueden ser en vano.

6. Lesiones de menisco

La magnetoterapia también actúa eficazmente sobre las lesiones de menisco. Para obtener beneficios en este sentido, debe realizarse una terapia de alta frecuencia e intensidad, utilizando varios electroimanes si es posible. Esto se debe a que el menisco se encuentra en el interior de la rodilla y el flujo magnético se ve obligado a penetrar a través de las distintas estructuras antes de llegar a la parte lesionada y proporcionar el beneficio necesario.

7. Ligamentos y tendones

También se benefician del tratamiento magnetoterapéutico los isquiotibiales, que pueden causar molestias y dolor. En concreto, la tendinitis rotuliana es una patología creada por una inflamación del tendón conectado a la tibia y la rótula, denominado en anatomía tendón rotuliano. Gracias al proceso de repolarización, la magnetoterapia permite superar la patología en pocas sesiones. Basta con restablecer el nivel adecuado de sodio en la zona afectada para conseguir un efecto rápido y, como siempre, indoloro.

8. Dolor de huesos

Por último, la magnetoterapia también se recomienda para los simples dolores óseos y estructurales de la rodilla que no pueden atribuirse a ninguna de las patologías anteriores. De hecho, al no tener efectos secundarios y ser indolora, la magnetoterapia sólo puede ofrecer beneficios al restablecer el equilibrio dentro de la rodilla y restablecer los niveles anatómicos estándar. Esto también ayuda a prevenir la formación de patologías que puedan afectar a la rodilla en el futuro.

Pero, ¿cómo funciona?

Aunque se considera una ciencia moderna, en realidad la magnetoterapia debe sus orígenes al Dr. Paracelso, quien en el siglo XVI se dio cuenta del potencial que poseían los imanes en el campo terapéutico.

Es una rama de la medicina que ha tenido una importante historia y ha evolucionado considerablemente con la ayuda de la tecnología, sobre todo en los equipos con los que se realizan los tratamientos.

Contratar la magnetoterapia a domicilio representa una auténtica revolución para los pacientes. Las sesiones de magnetoterapia oscilan entre 3 y 8 horas. De hecho, se recomienda realizar las aplicaciones por la noche, en casa.

El funcionamiento de la magnetoterapia se basa en dos elementos, o más bien en dos electroimanes, conocidos como solenoides, que deben aplicarse sobre la zona a tratar. Estos dos elementos, una vez que reciben la corriente eléctrica, son capaces de generar un verdadero campo magnético en miniatura, que a su vez es capaz de transmitir energía magnética a la articulación, músculo o hueso, las aplicaciones llevan mucho tiempo: de 3 a 8 horas.

Esta transmisión se debe simplemente a que en el cuerpo humano hay muchas sustancias metálicas, como el hierro, y al actuar sobre estas moléculas, la magnetoterapia es capaz de generar energía sobre los iones presentes.

Dicho tratamiento se basa esencialmente en dos propiedades de acción, que son la frecuencia e intensidad.

Por lo general, la frecuencia aplicada oscila entre 30 y 60 hercios, ya que teóricamente sólo a estos niveles puede el dispositivo utilizado suministrar la energía necesaria para tratar la patología. Es importante señalar que la frecuencia de un campo magnético creado por solenoides no es estática: en efecto, es necesario invertir constantemente la polaridad para proporcionar los efectos curativos deseados a la zona tratada.

En cambio, la intensidad, medida en Gauss, indica la cantidad de cargas eléctricas que pasan por los solenoides. Cuanto mayor sea esta cantidad, mayor será la intensidad aplicada al cuerpo humano. En general, los aparatos de uso doméstico tienen una buena intensidad, es decir, 1000 Gauss, igual a la de los aparatos hospitalarios o especializados.

A su vez, la magnetoterapia puede distinguirse en tres subcategorías de tratamiento. En primer lugar está la magnetoterapia en baja frecuenciala de alta frecuencia y, por último, el estático. Los dos primeros son tratamientos dinámicos, y su eficacia está garantizada si la magnetoterapia se realiza de forma constante y durante un largo periodo de tiempo. Por otra parte, la eficacia del tratamiento estático no está científicamente probada, y a menudo los resultados son inútiles.

Además, la energía magnética también afecta al metabolismofavoreciéndola y acelerándola. También tiene la consecuencia de mejorar el flujo sanguíneo y eliminar el exceso de líquido, aumentando la capacidad de drenaje del organismo. Pero también es capaz de prevenir y beneficiar lesiones o enfermedades de articulaciones y huesos.


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